"La piscina" (1998), David McDonald |
Existen multitud de obras artísticas que exploran las paradojas geométricas derivadas del avance de las matemáticas en el siglo XX. El objetivo principal de estas obras, aparte de volvernos bizcos, es demostrar como figuras geométricas posibles en dos dimensiones serían totalmente impracticables en 3D.
Una figura imposible se define como una imagen de dos dimensiones que se realiza para dar la impresión de un objeto tridimensional que no puede existir en la práctica. El primero en explorar este tipo de paradojas visuales fue el artista sueco Oscar Reutersvard en 1934, con su obra “el triángulo imposible”, y cuyo derivados fueron plasmados posteriormente en la obra del danés Hermann Paulsen. En la actualidad también se le denomina el “triángulo Penrose”, debido al eminente físico teórico Roger Penrose que lo redescubrió también de forma independiente en 1950.
Uno de los más aclamados artistas de las geometrías imposibles es M.C. Escher (1898-1972). Un artista gráfico holandés que creo hilarantes situaciones imposibles en 3D. Escher estaba fascinado por las investigaciones de la percepción visual, y en concreto, sobre el problema de la construcción de la figura y el fondo. Muchas de sus figuras se tranforman en fondo y viceversa. Comenzó la carrera de arquitectura pero pronto la abandonó para dedicarse al arte del dibujo y a viajar. En unos de sus vijaes a España visitó la Alhambra de Granada, que le dejo tan impresionado que se muestra parcialmente representada en muchas de sus figuras.
Con el uso de los ordenadores y los programas informáticos, este tipo de obras se ha convertido en algo corriente, por lo que hay un gran número de autores modernos que exploran las posibilidades de lo imposible.
Sí, ¡ellos tambien admiran a Escher! |
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