En la antigüedad se trataba el vidrio con uranio porque le daba una asombrosa y bella propiedad fluorescente.
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Se imaginan que entran a un restaurante y piden al camarero, ¡por favor, me podría poner una botella de agua mineral sin uranio! Quizá les resulte chocante, pero el agua que se considera "potable" hoy en día no tiene en cuenta unos niveles adecuados de uranio en disolución.
El uranio es un elemento común en la corteza terrestre y una fuente natural de radiación que podemos encontrar en concentraciones variables en todas las masas de agua. Ultimamente se detecta con demasiada frecuencia uranio en el agua potable que bebemos. El uranio es un metal pesado muy peligroso y puede, con la toma constante, originar cáncer de riñones. Según las declaraciones de los técnicos la situación no es dramática. Sin embargo se habla de un "peligro potencial“. Aun habiendo demostrado los efectos tóxicos del uranio, no existe una ley que determine los valores máximos en el agua potable del grifo ni en el agua embotellada. O alternativamente que se determine su concentración en las etiquetas del agua embotellada.
¿Cómo llega el uranio al agua potable?
El uranio, ya de por sí, está muy extendido en la corteza terrestre: este metal pesado radioactivo se encuentra en diferentes concentraciones y aleaciones, en distintos tipos de rocas y minerales de los cuales se disuelve y filtra hacia las aguas subterráneas. Por ello muchas veces está presente desde un principio. Pero ya se sabe desde hace algún tiempo que también puede hundirse hasta llegar a las agua subterráneas a través de los abonos con fosfatos minerales. Además también puede llegar a ellas como consecuencia de la falta de control en la minería del uranio.
¿A partir de qué concentración es peligroso el uranio en el agua?
Comunmente se considera que a partir de 20 microgramos por litro pueden provocar problemas de salud a largo plazo. Pero con concentraciones de hasta 15 microgramos por litro, según la WHO, puede ser bebida durante toda la vida, sin riesgo ninguno. Los diferentes ministerios del medio ambiente recomiendan desde el 2004 un valor no superior de 10 microgramos de uranio por litro, es decir incluso 5 microgramos menos. Teniendo en cuenta el estado actual del agua, este valor marca el nivel de seguridad para todos los grupos de población. Un valor que hasta ahora supuestamente solo lo han sobrepasado pocas mediciones. También hay que decir que hasta ahora no han existido mediciones regulares para la comprobación de las cantidades de uranio porque no estaba legislado. Por lo tanto los expertos en salud ven un peligro real, en especial porque no existe alarma social, ni una normativa concreta.
Movimiento regulador en los Estados Unidos:
La Comisión de Regulación Nuclear (NRC) de los Estados Unidos ha dado un paso adelante al permitir que el uranio capturado en los filtros de tratamiento de agua pueda ser procesado para las operaciones de recuperación de uranio - sin tener que modificar la licencia medioambiental de las plantas potabilizadoras actuales.
En el comunicado oficial, la NRC hizo constar que las resinas de intercambio iónico utilizadas en ciertos filtros de agua, son a menudo, las mismas que se utilizan en las actividades de recuperación de uranio. En este caso se menciona como un elemento "equivalente", por lo que no requiere ninguna modificación en la licencia medioambiental para las instalaciones de tratamiento de aguas.
El fenomeno de la fluorescencia es mayor cuando a los objetos se los ilumina con luz ultravioleta. |
Esto podría reducir considerablemente los costes de abastecimiento de agua potable de pequeñas poblaciones. Según la Agencia de Protección Medioambiental de los Estados Unidos (EPA), hay un límite de 30 microgramos de uranio por litro permitidos en el agua potable que bebemos a diario. La EPA estima que algunos sistemas de tratamiento de agua municipales puede gastar hasta un 50% de sus costos operativos en el transporte, tratamiento y disposición de los filtros de captación de uranio.
"La recuperación de uranio en la depuración del agua potable es doblemente beneficiosa, por una parte permite recuperar el uranio sin necesidad de recurrir a la minería y por otra, es una ayuda valiosa a la hora de conseguir agua verdaderamente potable", dijo Mark Satorius, director de la Oficina de la NRC de Materiales federales y estatales y programas de gestión ambiental. "La posibilidad de reutilizar las resinas proporciona un beneficio económico extra para las plantas de tratamiento de aguas mediante la reducción de los costos de operación y la cantidad de resina que requieren los filtros."
Las resinas procesadas podrían ser eliminadas, ya sea en los embalses de residuos de bajo nivel de peligrosidad, o bien, ser recicladas en forma de filtros de tratamiento de agua. La misma técnica también se aplica para los filtros de desagüe de la industria minera.
1 comentario:
Muy interesante. No conocía esto de los vidrios fluorescentes de la antigüedad. Realmente esto les debía parecer casi milagroso.
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