17 de agosto de 2011

NEUMÁTICOS ECOLÓGICOS

Los neumáticos con compuestos ricos en sílice amorfa son buenos para ahorrar
combustible y mejoran las propiedades de agarre en mojado.

Seguro que ustedes se preguntan ¿qué hay de ecológico en un neumático ecológico? Y no es mala pregunta pues los neumáticos son uno de los productos que más han evolucionado desde su aparición en 1887. Por aquel entonces Jhon Boyd Dunlop, veterinario e inventor, tenía que idear un medio de que su hijo no tuviera escusas para ir al colegio. El hijo de Dunlop de tan solo 9 años, tenía un triciclo que utilizaba habitualmente para ir al colegio por las bacheadas calles de Belfast. Para evitar el fuerte traqueteo Dunlop infló dos tubos de goma con aire y los recubrió de lona para evitar que se pincharan. El chaval debió quedar muy contento con el resultado pues Dunlop patentó la idea en 1888.


El invento del neumático revolucionó el mundo de las ruedas que hasta entonces habían estado recubiertas con goma rígida. Pero con la llegada del neumático al mundo del automóvil su evolución no ha parado de mejorar. Algo lógico, pues los neumáticos son los encargados de trasladar las prestaciones de un automóvil a la carretera. ¿Se imaginan unos neumáticos de madera, vidrio o acero? Conducir una automóvil se convertiría sin duda en un reto al alcance de muy pocos. La evolución de los neumáticos ha llevado a la utilización de caucho sintético a partir del petróleo en lugar del extraído de los árboles, a la modificación de la estructura de su armazón interno (actualmente radial), a la disminución de su perfil, el estudio de su dibujo mediante simulaciones por ordenador y desde hace algunos años, la incorporación de aditivos especiales.

Uno de esos nuevos aditivos, la sílice, está reemplazando al negro de carbono como componente en la banda de rodamiento del neumático. El dióxido de sílice es capaz de mezclarse sin dificultad con los polímeros naturales del caucho. Este cambio dota a los neumáticos de características inusuales, como una reducción de la energía necesaria para rodar o un mejor agarre en ciertas condiciones. Algunas marcas de neumáticos prefieren sustituir el dióxido de sílice por fibras de celulosa, para lograr el mismo efecto.

Un neumático, cuando rueda, tiene que flexionarse y estirarse según va dando vueltas. Este proceso calienta el neumático y consume una gran cantidad de energía. Los neumáticos tratados con sílice consumen menos energía al rodar, mientras que el resto de propiedades del neumático no se ven alteradas. Las versiones “ahorradoras” de los neumáticos anuncian una disminución del 20 % de la resistencia a la rodadura, y un ahorro del 4% en combustible.

También se utilizan neumáticos con compuestos ricos en sílice para mejorar las prestaciones de las ruedas en invierno. Un neumático normal pierde agarre y adherencia cuando la temperatura exterior desciende por debajo de los 5ºC. Esto supone que las distancias de frenado se alargan peligrosamente. Para evitar ese problema se desarrollan los neumáticos de invierno en los que, además de adaptar el dibujo, también se cambia su composición. Utilizar sílice en el compuesto, mejora el agarre y reduce la frenada en los neumáticos de invierno, especialmente en carreteras mojadas.

También se están utilizando compuestos de sílice y negro de carbón extra conductor para evitar la acumulación de carga eléctrica en el neumático y el vehículo.

En las carreras de Fórmula 1, se emplean neumáticos duros, medios o blandos, que no son más que modos de especificar el tipo de aditivos que llevan los compuestos del neumático. De la correcta elección del compuesto más adecuado para cada circunstancia, depende el triunfo en las carreras de Fórmula 1 actuales.

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