13 de diciembre de 2011

EL LADO OSCURO DE LOS BIOCOMBUSTIBLES


Los precios mayoristas de los alimentos se han duplicado desde 2004. Los precios son un indicativo de la relación entre la oferta y la demanda. Los altos precios actuales solo pueden ser reflejo de una escasez de oferta.

Puesto que los altos precios de los alimentos afectan con especial virulencia a las capas más desfavorecidas de la sociedad, el encontrar una pronta respuesta a su escalada es esencial. Realmente no se puede apreciar una disminución en la producción de alimentos, antes al contrario, el año pasado fue excepcionalmente bueno para las cosechas. Hasta tal punto fue bueno, que se logró la tercera mayor producción de cereales a nivel mundial de toda la historia. Analizando el panorama general, la producción agrícola sigue con una línea de crecimiento sostenido que incluso supera la proyección estimada en 1980.

Si el problema no está por el lado de la producción, debe de estar por el de la demanda. Quizá el problema consista en el rápido crecimiento en la demanda mundial de materias primas. Incluso podríamos apresurarnos a culpar a las altas tasas de crecimiento de los países asiáticos como los responsables de tales desajustes. Pero, a pesar del imponente crecimiento de sus economías, ni China, ni la India, han visto cambiados sus pautas de consumo de alimentos.

Mapa del hambre en el mundo.

Entonces, volvemos a la casilla inicial, ¿dónde se encuentra el motivo del alza de precios? La respuesta hay que buscarla en los biocombustibles. Los cultivos destinados a la producción de biocarburantes, está creciendo como la espuma. Desde el año 2004, coincidiendo con el ascenso del precio del petróleo, los biocombustibles casi han duplicado la demanda global de cereales y azucares, y elevado en un 40 por ciento la demanda de aceites vegetales. Mientras que los cultivos destinados a la producción de biocombustibles compitan con los cultivos tradicionales por las mejores tierras y por el acceso al agua, cabe esperar que los precios de los alimentos básicos se mantengan elevados.

Si no se regula el mercado de los biocombustibles desde un punto de vista ético, tendremos que asistir a más crisis humanitarias entre los más desfavorecidos del planeta.

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