2 de agosto de 2011

MÉTODOS de CAPTURA de CO2



El futuro de nuestro planeta pasa por prescindir del uso de ciertas fuentes energéticas extremadamente contaminantes como el carbón. Pero, siendo realistas, eso es más un deseo que una realidad, y lo seguirá siendo en un futuro previsible. La única alternativa que nos queda entonces es idear un método para capturar el CO2 antes de que escape a la atmósfera por las chimeneas de las centrales térmicas de carbón, las cementeras y en la industria metalúrgica.

Para ello hay que desarrollar las tecnologías necesarias para su captura. Si se consigue una técnica efectiva y económica, podría replantearse el uso del carbón en la mayor parte de países occidentales. Que son los únicos reacios a aumentar el papel que desempeña el carbón en el mix energético. (ver entrada sobre el carbón y China).

Esta meta ha movilizado a numerosos equipos de investigación por todo el mundo. España no ha sido una excepción. Dos grandes centros de investigación trabajan en esa línea: el Instituto Nacional del Carbón (INCAR), perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Y el más reciente Centro de Captura y Almacenamiento de la Fundación Ciudad de la Energía (Ciuden), en el Bierzo (León).

Se está investigando en tres procedimientos de captura de CO2: la postcombustión, la gasificación integrada con captura de CO2, y la oxicombustión. Analicémoslo por separado:

1. Postcombustión: Consiste en retirar el CO2 de la corriente de gases mediante procedimientos químicos. Esto se puede hacer en una torre de lavado en la que se inyectan aminas (compuestos químicos orgánicos derivados del amoniaco), que forman un compuesto poco estable con el CO2. Posteriormente, el compuesto se somete a tratamiento térmico, con lo que se liberan dos corriente, una rica en CO2 y otra con las aminas, que se reciclan en el proceso.

Se trata de un proceso muy probado, porque es el que se utiliza para la producción de amoniaco y urea. El problema es utilizarlo en los intensos caudales de las chimeneas de las centrales térmicas. Esto modifica la presión y la temperatura del proceso que pasa de 60ºC a 200ºC.


2. Gasificación integrada: Se trata de utilizar el carbono del carbón para producir una mezcla de gases compuesta por CO2 e hidrógeno, que posteriormente hay que separar por diversos procedimientos para obtener dos corrientes diferentes, una rica en CO2 y la otra con hidrógeno. Si se consigue purificar suficientemente el hidrógeno puede utilizarse en los automóviles de pila de combustible, permitiendo avanzar en la economía del hidrógeno. En caso de que no se logre obtener la pureza adecuada el compuesto rico en gas hidrógeno se puede quemar en turbinas de gas para obtener energía eléctrica extra. Esta opción se está estudiando por parte de la empresa Elcogás en su central de Puertollano, donde incluso se ha creado una planta piloto para desarrollar esta tecnología.


3. Oxicombustión: Es un proceso previo al quemado del carbón, en el que se utiliza directamente oxígeno en lugar del aire para el proceso de combustión del carbón. De este modo se elimina la presencia de nitrógeno que supone el 78% del aire atmosférico. Eso elimina gases en la salida de la chimenea con lo que el CO2 se encuentra mucho más concentrado. Y, por otro lado, la combustión resulta mucho más eficiente al haber más oxígeno disponible. El problema radica en las altas temperaturas que puede llegar a los 1.500ºC debido al aumento del rendimiento en la combustión. Puesto que esas temperaturas son extremadamente difíciles de gestionar, se reinyectan los gases de escape (CO2 y vapor de agua) con el fin de viciar el proceso y disminuir la temperatura en la caldera.

Si cualquiera de estos metodos demostrara en un futuro su viabilidad comercial podríamos entrar en otra nueva era para el carbón.

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