Central geotérmica en Islándia. |
Entre las energías renovables la geotérmica destaca por ser predecible y estable, a diferencia de la energía eólica o solar, la geotérmica está disponible bajo demanda. El calor del interior de la Tierra está siempre ahí, una planta geotérmica suele operar las 24 horas del día. Eso convierte su suministro eléctrico en lo bastante fiable como para servir de base, al contrario que las restantes renovables.
Pero como todas las fuentes energéticas tiene sus propios problemas. En este caso se trata de la escasez de lugares idóneos para su implantación. No todas las localidades disponen de rocas calientes a poca profundidad y a la suficiente temperatura. De hecho el número de localizaciones donde se puede implantar este tipo de tecnología es muy limitado. En los Estados Unidos se utiliza mucho en estados como California, donde un 6% de su energía eléctrica proviene de la cálida madre Tierra o en islas como Hawái, donde la proporción alcanza el 25%. En el territorio de los Estados Unidos aún quedan áreas por explotar con "roca seca caliente", que exigen meramente la inyección de agua a través de un pozo profundo. Tambien se utilizan en Islandia, como se puede ver en la imagen superior.
Existen distintos tipos de centrales geotérmicas dependiendo de la temperatura que alcanza el vapor. Las únicas aptas para generar electricidad a escala industrial son las que alcanzan temperaturas próximas a los 400ºC, existen también otras con temperaturas inferiores a los 150ºC que se utilizan para obtener agua caliente doméstica y para las explotaciones ganaderas. Se requieren varios condiciones para que se pueda explotar un campo geotérmico: una corteza superior compuesta por una cobertura de rocas impermeables; un acuífero de permeabilidad elevada entre 0,3 y 2 km de profundidad; suelo fracturado que permita una circulación de fluidos por convección, y por lo tanto la trasferencia de calor de la fuente a la superficie, y una fuente de calor magmático, entre 3 y 15 km de profundidad, a 500-600 ºC. Si se dan esas condiciones la electricidad generada por este sistema se encuentra en un rango de precios de entre (0,49 - 0,67 euros/kWh), que es similar al de la energía eólica.
Pero la energía geotérmica no es completamente limpia. En su caso, si se produce una cierta contaminación del aire, pues el vapor de agua que asciende con fuerza hacia la superficie porta elementos disueltos del subsuelo, que una vez liberados a la atmósfera contaminan el aire. La composición exacta depende de la naturaleza del subsuelo en el lugar de instalación, pero suele tener cantidades apreciables de venenos para la vida como el (arsénico, amoniaco,…) o el ácido sulfhidríco, que envuelve a este tipo de centrales con el característico olor a huevos podridos. Esto último es lo que las convierte en poco aptas para su construcción en las proximidades de poblaciones humanas o en territorios con un alto valor biológico. Otro de sus puntos débiles es que emiten CO2 a la atmósfera, aunque en menor proporción que una central convencional.
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