El tercer productor de aluminio más grande de Alemania se ha declarado en bancarrota debido al aumento del precio de la energía eléctrica desde el apagón nuclear.
Diversos grupos industriales reclaman un suministro de energía asequible que supla la capacidad nuclear retirada de la red como consecuencia del decreto de Angela Merckel.
La compañía de aluminio Voerde anunció su insolvencia, el 8 de mayo, debido a la reducción de los precios del aluminio combinado con el constante aumento de los costos de producción. Nuestra quiebra es "un indicador de un proceso gradual de desindustrialización" en Alemania, dijo Ulrich Grillo, presidente de la cámara de comercio alemana de la industria metalúrgica, Wirtschaftsvereinigung Metalle (WVM).
"La producción de metales, especialmente de aluminio (muy intensivo en energía eléctrica), está en riesgo en Alemania debido a un precio de la electricidad que ya no es competitivo internacionalmente", dijo Grillo.
Los usuarios alemanes de más de 20 GWh al año pagan 11,95 céntimos de euro por kWh, frente a 6,9 céntimos en Francia, según los datos energy.eu de noviembre de 2011. Entre los 27 países de la UE, sólo Chipre, Italia, Malta y Eslovaquia tienen precios más altos que los alemanes.
WVM instó al gobierno alemán a implementar con urgencia medidas para proteger a industrias intensivas en energía de los excesivos costos de la electricidad, y para incentivar a las empresas del metal en reducir las emisiones de dióxido de carbono de sus procesos de producción. La industria no debe sufrir, dijo Grillo, debido al "precio de la electricidad resultante de la política de apoyo estatal a las energías renovables, y particularmente a la energía fotovoltaica." Resulta sorprendente la semejanza con el problema de la subida de precios en el mercado español. Mismas causas, mismas consecuencias.
Los subsidios han animado a las empresas eléctricas y propietarios para agregar cerca de 25 GW de capacidad de energía solar, sobre todo en los últimos cinco años. Esta gran inversión solo contribuyó a abastecer el 2,4% de la demanda eléctrica en los últimos 12 meses, según las estadísticas de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), mientras que la energía nuclear que aún queda en el país produjo 12 GW de capacidad, un 15,3% de la demanda. La mayor parte de la generación eléctrica proviene ahora de combustibles fósiles, el 71% del total.
Los datos de la AIE también muestran como Alemania ha pasado de ser un país exportador de energía eléctrica a importarla en grandes cantidades. Las exportaciones alemanas de energía solo alcanzaron el 0,9% en el último año hasta febrero 2012, y las importaciones se dispararon un 7,7%.
A pesar de las evidencias que muestran lo perjudicial de estas medidas adoptadas por el gobierno, los líderes alemanes ordenarán el cierre de los ocho reactores. La industria hace un llamamiento de alerta para reemplazar el hueco dejado mediante combustibles fósiles en el menor plazo de tiempo posible. "A medida que las fuentes de energía renovables no proporcionan energía continua... debemos utilizar el gas y el carbón para hacer el trabajo", dijo Utz Tillmann, portavoz de la industria intensiva en energía y director ejecutivo de la European Chemical Industry Council.