¡Apagón en el laboratorio! Se ha descubierto que muchos organismos unicelulares pueden comunicarse mediante señales lumínicas. Daniel Fels, del Instituto Tropical Suizo de Basilea, mantuvo poblaciones de Paramecium caudatum dentro de tubos transparentes que impedían la comunicación mediante mensajeros químicas. Cuando los tubos se encontraban en completa oscuridad descubrió que los microorganismos podían influir en el comportamiento alimentario y las tasas de crecimientos de sus vecinos de otros tubos, lo cual era indicio de señales electromagnéticas entre las poblaciones. Estudios posteriores demostraron que los microorganismos utilizan al menos dos frecuencias para comunicarse, una de las cuales se corresponde con la radiación ultravioleta. Cuando las poblaciones se encuentran dentro de tubos con cristales que bloquean la radiación ultravioleta crecen más deprisa que cuando existe comunicación. Las estructuras celulares relacionadas con la emisión y recepción de estos mensajes aún no han sido identificadas.
Aunque los recientes descubrimientos en neurociencia pueden seguir esa misma línea de investigación. Nuestras neuronas, aparte de utilizar señales químicas y eléctricas, utilizan también la emisión de fotones. Los estudios concluyen que la comunicación fotónica se realiza mediante los microtúbulos, que actúan a modo de redes de fibra óptica dentro de las células. La producción de aminoácidos es crucial en el proceso de comunicación y coordinación de las funciones cerebrales y motrices. Pero lo verdaderamente sorprendente ha sido comprobar que la mayoría de las células producen luz cuando realizan sus funciones normales dentro del organismo. El estudio fue publicado por la Universidad de Cornell en diciembre del 2010, autores (Majid Rahnama, istvan Bokkon y Jack Tszynki).
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